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Metidos de lleno en plena era de la transición energética y despliegue de tecnologías renovables, parece mentira volver a una de las épocas más oscuras que se recuerda del sector: La era del impuesto al sol. No obstante, ante el posible cambio de gobierno que puede producirse en julio, ¿es probable que vuelva esta ley?
En esta entrada, veremos algunas cuestiones clave y las consecuencias que supuso una de las leyes más polémicas de la última década. ¿Cómo funcionaba? ¿Quién puso el impuesto al sol en realidad? ¿Hay algún otro país que haya decretado alguna medida similar? Todo ello y mucho más lo analizamos en las siguientes líneas. ¡Allá vamos!
Disfrutar de la energía del sol, hace unos años, era muy diferente a como lo conocemos hoy en día. En definitiva, el impuesto al sol defendía el pago de un peaje por cada kWh que producía una instalación fotovoltaica. Por tanto, a más paneles instalados o mayor potencia, más pagaríamos.
Para ponernos más en situación, vamos explicar este ‘disparate’ con un ejemplo. Por lo general, las personas solemos hacer nuestros cafés casa. Bien, pues el impuesto al sol, sería algo como que por cada café que nos hiciésemos, pagáramos al bar de abajo 0,50€ por si se nos acaba el café y tenemos que recurrir al bar de debajo de casa.
Lo más preocupante del impuesto al sol no era tener que pagar esos 0,50€ al bar de abajo por todos los kWh que se producían, sino la paradoja de la diferencia de precios en los suministros que tenían los mismos consumos. Vamos a poner otro ejemplo. En la siguiente imagen, tenemos dos casas: una con placas solares y otra sin ellas.
La primera de ellas, con un consumo medio de 3.500 kWh, con su instalación fotovoltaica se queda en 2.500. La segunda de ellas, tiene un consumo igual, de 2.500kWh. Pues gracias al impuesto al sol, con el mismo consumo ambas, la primera paga de luz 748€ y la segunda 659€ al año. Sí, lo has entendido bien, con el mismo consumo.
Claro, la primera de ellas, al tener que pagar un peaje por cada kWh que produce, al final, le sale más caro que alguien que no tiene placas solares. Decir también que está pagando menos de lo que debería, ya que no consume lo mismo. No obstante, con el impuesto al sol no se ahorra la misma cantidad de dinero que si tuviera las condiciones de hoy en día.
El Real Decreto 900/2015, aprobado el 9 de octubre de 2015, fue la fecha de partida del conocido impuesto al sol. Inmersos en pleno gobierno del Partido Popular con Mariano Rajoy al frente, fue el por entonces ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, el propulsor de esta nueva medida.
Desde el gobierno en cuestión, no era catalogado como impuesto al sol, sino que este fue el nombre popular que se le dio a esta medida. Técnicamente, lo llamaban Peaje de respaldo, un eufemismo para ocultar una realidad: un impuesto sobre una tecnología abierta, gratis y libre,
Con la llegada del nuevo gobierno, el RD 900/2015 del impuesto al sol se abolió y se sentó la base de lo que conocemos hoy en día, el RD 244/2019. Esta normativa se creó en el marco del renovado Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico con Teresa Ribera al frente.
En estos momentos, en 2023, no existe ninguna normativa parecida al impuesto al sol que repercuta sobre los beneficios de los particulares que utilicen tecnologías renovables. Al contrario, ahora más que nunca existen ayudas y subvenciones para desplegar todo el potencial que tiene nuestro país como generador de energía verde y limpia.
En realidad, esa ha sido la hoja de ruta del gobierno actual. Bien es cierto que aún quedan muchas trabas administrativas que dificultan la rapidez de implantación de renovables, pero el sector es totalmente diferente ahora en comparación a 5 años atrás.
No se puede predecir nada. En las Comunidades Autónomas que ya han cambiado de gobierno, la hoja de ruta del sector energético es muy parecida a lo que hay en estos momentos a nivel estatal. Por eso, queremos transmitir cierta calma ante un posible cambio de mandos del ministerio. Las renovables son necesarias en estos momentos y cada vez más gente depende de ellas.
Además, cada vez es más accesible acceder a una instalación solar. En Tunergía, damos todas las facilidades para que lleves a cabo esa transformación:
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Si hubo una época oscura que defina la mala práctica y el desperdicio de oportunidades, esa puede que sea el periodo de tiempo que estuvo el impuesto al sol en activo. Antes de ello, el sector comenzaba a despegar y empezaba a haber un camino, tras este decreto, la venta de instalaciones solares cayó en picado por la inoperancia y poca rentabilidad que se podía sacar.
¿Por qué pagar un ‘peaje de respaldo’ por cada kWh que se producía libremente? No tenía ningún sentido. En 2018, se derogó esta medida y, a día de hoy, contamos con que solo en 2022, se realizaron más de 240.000 instalaciones fotovoltaicas. Sin duda, un auténtico boom favorecido por el alza de precios y el gran número de ayudas y subvenciones que existen.
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