Lo que parecía que no iba a pasar, finalmente ha llegado. Rusia ha entrado en territorio ucraniano con el objetivo de anexionarse gran parte del territorio. El conflicto en Ucrania parece que no ha hecho nada más que empezar. Mientras, sectores como el de la energía, tiembla ante las posibles consecuencias por la clara dependencia energética de ambos territorios.
Sabemos que las consecuencias a corto plazo para el sector van a ser duras. Pero la pregunta es saber qué va a pasar durante los próximos meses. ¿Va a haber problemas de suministro de gas con Europa? ¿Qué va a pasar con el resto de materias primas? Adentrémonos en este artículo un poco más en las causas y consecuencias del conflicto en Ucrania. No pierdas detalle.
Explicar lo que ha ocurrido estos últimos días y años en pocas líneas es algo complicado, pero vamos a intentar hacerlo. A raíz de una serie de factores que han ido ocurriendo en territorio ucraniano estos últimos diez años, el ambiente se ha caldeado hasta estallar esta semana iniciando el conflicto en Ucrania. Veamos algunos de los precedentes:
El primer escollo al que puede verse sometido Rusia por el conflicto en Ucrania es el de los mercados financieros. Ya hemos visto como el precio del rublo ha alcanzado el mínimo histórico de los últimos 5 años y la UE y Estados Unidos prometen sanciones y bloqueos económicos, así como un despliegue de fuerzas armadas de la OTAN en todo el territorio.
El gas es el activo más valioso que tiene Rusia en estos momentos. Previsiblemente, los precios de esta materia prima se encarecerán en los próximos días tras el desarrollo del conflicto en Ucrania. Sin embargo, ya vemos como las acciones de la empresa gasista nacional, Gazprom, han bajado más de 100 RUB en cuestión de pocas horas.
En un mes de aparente tranquilidad en el sector de la energía y el gas en el que nos encontrábamos, ahora todo ha estallado de nuevo por los aires con el conflicto en Ucrania. Como veremos en las siguientes imágenes, empezamos el mes con una calma tensa estabilizándose los precios y luego hemos pasado por un tramo de bajada del precio diario.
Sin embargo, todo vuelve a cambiar a partir de los últimos días de febrero, donde vemos un repunte máximo en los precios de la energía y del gas como no habíamos tenido en el 2022. Naturalmente, esto no solo ha ocurrido en España. El resto de países europeos también han visto afectados sus mercados tras la explosión del conflicto en Ucrania.
En España, ya estamos viendo las primeras consecuencias del conflicto en Ucrania. Muchas comercializadoras están retirando sus precios del mercado por miedo a lo que pueda pasar. Lo achacan a una retirada temporal y excepcional. Sin embargo, todo dependerá de la magnitud y la prolongación de todo este problema.
Concretamente, el gas sube un 30% respecto a los últimos días. Pero la gran preocupación reside en el medio-largo plazo, pues las consecuencias serían catastróficas para todo el continente. A continuación, dejamos una imagen de la evolución del TTF, el mercado de gas referente en Europa. Así, podremos observar la repercusión del estallido del conflicto en Ucrania.
La energía y el gas no van a ser los únicos elementos a los que va a afectar la crisis del conflicto en Ucrania. El precio del barril crudo de petróleo se ha disparado a niveles lejos de ser vistos. A día 24, se ha registrado una media de 103$ por barril, alrededor de un 25% más caro respecto a la media de los precios de todo enero. Así lo vemos en la siguiente imagen:
El precio del barril de Brent impacta de forma directa en el precio de la gasolina. Ya habíamos notado estas últimas semanas un aumento en el precio de la misma, pues la tendencia en el mercado era alcista. Con esta subida vertiginosa, se espera que el precio de los carburantes toque techos inhóspitos.
No vamos a ir con eufemismos. La situación para los mercados energéticos europeos es preocupante. Gran parte del continente depende de forma directa del gas que suministra Rusia por el gasoducto que atraviesa Europa a través de Ucrania. Lo lógico es que Putin suba los precios tras las futuras consecuencias económicas que se prevén por parte de la UE al invadir e iniciar un conflicto en Ucrania.
Ya no lo decimos nosotros, sino que el presidente Pedro Sánchez también lo aseguró en comparecencia oficial: “Tomaremos las medidas que sean necesarias para mitigar el impacto sobre los mercados energéticos”. Sea como fuere, el precio de OMIE ha superado claramente la media que llevaba arrastrando todo este año 2022. Pero la cosa no queda ahí, pues la incertidumbre de todo el conflicto en Ucrania parece confirmar que lo peor está por llegar.
Como poder puede, pero eso llevaría consecuencias catastróficas, tanto para Europa como para la propia Rusia. La primera vería cortado su suministro de gas más directo, la segunda se enfrentaría a restricciones internacionales económicas muy severas. Según declaraciones de Putin con los diferentes líderes diplomáticos estos últimos días tras los días previos al estallido del conflicto en Ucrania, el líder ruso no tiene la intención de cerrar el grifo de momento.
El conflicto en Ucrania también afecta en gran medida a la puesta en marcha del gasoducto Nordstream 2, clave para trasladar el gas desde Rusia a Europa por el mar. Si ya estaba siendo complicado su arranque definitivo, este enfrentamiento lastra por completo cualquier atisbo de liberalizar el recorrido de gas ruso por el continente.
La posibilidad está encima de la mesa. Sin embargo, es una opción que ahora mismo parece estar descartada una vez estallado el conflicto en Ucrania. Estados Unidos es uno de los grandes productores de gas en el mundo, pero su localización respecto a Europa, provoca que los costes sean muy elevados.
La explicación es simple. El gas que se importa desde Estados Unidos llega en estado líquido, el que comúnmente se llama gas natural licuado (GNL). Este gas necesita un proceso de transformación para convertirlo a estado gaseoso y esto conlleva un coste extra.
Por su contra, el gas que proviene de Rusia o Argelia (en el caso de España) llega a través de gasoductos. En este caso, no es preciso transformar su estado, lo que se traduce en un ahorro de costes. De esta forma, y tras la afirmación de Putin de no cortar los canales de gas, parece que la importación masiva de gas desde Estados Unidos parece descartada.
No seremos nosotros los que defendamos la causa ucraniana, pero parece inverosímil que en pleno siglo XXI se vuelva a librar una guerra en Europa. Rusia ha traspasado los límites del derecho internacional entrando a la fuerza en un país soberano y democrático en territorio europeo. Con todo ello, se demuestra que el conflicto en Ucrania, otra vez, es una clara muestra de lo peligrosos que son los nacionalismos extremos.
Se vienen días de incertidumbre en los que no se sabe muy bien lo que va a pasar. Todos los mercados ya han reaccionado de forma negativa a los acontecimientos pasados en el conflicto en Ucrania. Y especial atención habrá que poner en los sectores de la energía y el gas, los cuales, subirán de nuevo de forma considerable frenando la recuperación económica después de la pandemia.
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