Sí, así es. El precio de la electricidad está por las nubes, ese es nuestro pan de cada día en telediarios, programas y medios de comunicación en general. Como veremos durante la entrada, son varias las razones de este incremento en el precio de la electricidad. No obstante, una cosa ha quedado clara: el consumidor medio está pagando una cantidad de dinero mucho mayor en comparación con el año pasado.
Pero España no es el único país que está sufriendo las consecuencias del encarecimiento de la energía. La mayoría de países de la Unión Europea están en nuestra misma situación, marcando récords día sí y día también. ¿Pero esto tiene una solución a corto-medio plazo? ¿Qué previsiones tiene el Gobierno para que el precio de la electricidad vuelva a cifras más normales? Atento a la siguiente entrada y encontrarás la respuesta.
Que el precio de la electricidad haya aumentado, tal vez haya pillado a muchos de sorpresa y a otros no. Realmente, no hay una única razón, sino que este incremento viene dado por una serie de medidas y factores que han hecho encontrarnos ante esta situación. Las causas han sido las siguientes:
El problema en España no viene de ayer, ni de hace un mes. Esto viene de hace miles de años atrás. Nos explicamos. Digamos que la localización geográfica de la península no es muy positiva en términos de explotaciones de recursos fósiles. Esto significa que nuestro país no es ningún referente en la producción de gas o petróleo, lo que nos hace depender de la generación de otros países. El resultado de esta dependencia no se traduce en algo positivo, pues cualquier problema o factor en los países productores afectará al precio por el que compremos ese gas o petróleo.
En España, actualmente, tenemos una dependencia energética del 20%, lo que nos sitúa como unos de los países de Europa que más depende energéticamente hablando. Sin embargo, la oportunidad viene por la producción de energía de origen renovable. España es el país de Europa que más horas de sol tiene anualmente. Además, también es un gran productor de energía eólica y otras renovables en general. Así pues, tenemos que aprovechar esta coyuntura para reconvertir el sector energético y no depender de la producción de países ajenos. Sin duda, es el ahora o nunca para convertirse en un referente mundial de energía renovable.
No hay una receta mágica para abaratar el precio de la electricidad. Sin embargo, hay medidas que pueden hacer que este se mantenga o baje a corto-medio plazo. Eso sí, depende del Gobierno y de las grandes compañías eléctricas, no de pequeñas comercializadoras. Descubre qué acciones podrían realizarse:
Como venimos hablando a lo largo de la entrada, establecer una solución al problema del precio de la electricidad es cuanto menos complejo, pues intervienen muchos actores dentro del mercado. Sin embargo, en Tunergía, pensamos en una medida lógica que muchos no quieren ver: el cambio en el establecimiento del precio de la energía. Actualmente, el precio de la electricidad se fija teniendo en cuenta tres elementos: Los peajes, impuestos y el tipo de fuente de generación. Nos detendremos en este último.
Dentro de las subastas por la energía, el precio final lo marca la última fuente de generación que entra en la subasta. Recordemos que primero entran las más económicas (nuclear y renovables) y luego las más caras (gas o carbón). Poniendo un ejemplo, si el precio por la fotovoltaica está a 20€ el MWh y el gas a 100€ el MWh, pagaremos por el primero, el mismo precio que por el segundo. De este modo, no hay ninguna explicación posible a que paguemos 100 euros por una energía en la que su coste de producción es de 20. Es como si pagamos por una barra de pan 100€. Sea como fuere, no cabe duda de que este es uno de los problemas que hay que aclarar cuánto antes.
El precio de la electricidad en el mercado no da tregua y se hacen imprescindibles medidas para abaratar las facturas de los consumidores finales. Estamos ante un momento histórico en el que se han juntado muchas circunstancias y ha explotado todo. El escenario es muy delicado, pues la batalla entre Gobierno y grandes compañías eléctricas es más palpable que nunca.
Es momento de unir fuerzas entre todos, no de aflorar las diferencias. La energía debe ser equilibrada y justa para todos los consumidores y, lejos de ello, parece ser un sector que únicamente responde a las necesidades especulativas de unos pocos. Por ello, el error más grave que se puede cometer es la indiferencia ante este problema.